lunes, 18 de mayo de 2009

CARLOS ERNESTO SÁNCHEZ

Aún con miedo
en las calles de Pudahuel
recorro
el mapa de cuero polvoriento y reseco, desmembrado
harapiento
de su territorio
en la jaculatoria de día y noche
suspiro y esperanza
grito
¡Y va a caer y va a caer!

Los comprando juntos
Ollas comunes
Colonias Urbanas
Comité de Cesantes
Comunidad de Base

Las noches de neumático ardiendo
el rostro de Pinochet crispado
mi dolor hundiendo el latón a golpes llamando más golpes
furia
explosiones
cables tendidos en el ancho de calle electrificadas
para la bota infernal milica

¡Y va a caer!

La radio su retumbar
sonoro
esperanza que la dictadura cayó
y más muertos
en el alarido poblacional

secuestrados
torturados
y los que no soltaron la piedra ni la botella bomba
defendiendo
algo más que la porción de tierra que recorro Pudahuel


***


Cine Roxi
mi mano tiritona de miedo
en el baño con spray escribió ¡Abajo la Dictadura!

Oscuridad en la sala
un beso y el manoseo susurrante
escondió mi temor

Camine cuadras
peregrinar clandestino
de panfletos
llamando a protesta
cayeron uno a uno en la larga fila de mi convocante
grito doliente

Y fui a todos los cementerios
escuche despedidas
consignas
claveles rojos
mire, me miraron, sonreímos, un beso, aquí estamos
nos alejamos sin decir nada más
y así de protesta en funeral
de calle a la cárcel
mojados
apaleados
arrastrados por el suelo

Las horas de Pinochet
se marcaban por las muertes de cada día
lo anunciaba con su paso carnavalesco
ambulancia
helicóptero
guardias
autos polarizados
sirenas aullaban apagando el desgarro del torturado
en clandestinos recintos.

Y porque siempre nos esperan en alguna esquina
Mi nombre es Carlos Ernesto Sánchez
digan que no regrese
que lo sepa el Padre Aldunate
tal vez me llevaron
no se guarde silencio
***
Desde siempre
la mar ha traicionado
me traiciono cuando solo de frente iba y volvía
ignorando mi soledad
el fuego de mi chimenea
las carnes desbordantes jóvenes que sudaban placer
de mis manos
culo y boca

La mar
no devolvió los compañeros
que el ruinruneante helicóptero
vomitó desde su entrañas
con un fierro
piedras
el vientre desunido, cortado por corvo militar

En esas y otras aguas aún están desaparecidos

La mar de Alfonsina
del nostálgico
enamorado
desdichado
poeta
Esa mar
vio el cuerpo de la Pato Egaña morir
una tarde cercana a la noche de navidad en Quintero
donde los soldados de la Fach
me llevaron a los hangares
para besarme y gemir en el oído de mi cuerpo veraneante de 17 años

allí murió Patricio Egaña
su sangre río de VIH
aliento contaminado de sudores y lágrimas
hombres hombres y más hombres
la Matilde Ladrón de Guevara
vestida de fucsia
piernas abiertas
carnes agonizantes y el sexo calvo
presagiando muerte
nada que el Pato Egaña pudiera desear, sino escapar, huir
un hombre
vivir.

Un golpe en la cabeza
y en el fondo de los roqueríos
se quedó
para siempre posando y que la contemplaran las alturas
murió el Pato Egaña
dignamente maricòn
bebido
drogado
culeado


muerto en las noches frías del mar quinterano

***
La noche en El Montijo
letanía de momentos
instante frente a las estrellas
a la vida
al tener para comer
menos – mucho menos- que un quejido para el amor

En El Montijo
no hay nada

Solo militares y carabineros
autos grises polarizados
y nuestros nombres susurrados de lista en lista
para la tortura
el enfrentamiento de muertos
previamente asesinados

Y en el bajo
donde un quejido blanco
inundo las entrañas
donde tomé la mano de un hombre y me arrepentí de besarlo
buscamos muertos
los que enterramos
y cubrimos
en porciones de tierra cuchareada temblorosa oscura

Un mulato
Apenas un niño
Esta embarazada
Es un simple anciano pobre
No lleva rostro
Y las balas y las balas y las balas y las balas

En El Montijo no hay nada
el agua se llevó para siempre
lo que dejaron los militares de Chile
despojos
huesos

No queda ni el aliento del hombre que no besé
Un delgado hilo de agua

domingo, 3 de mayo de 2009

Poema Homenaje a mi Padre

Quien se esconde tras las cortinas
del invierno
y en la noche canta
junto con la lluvia que no deja de caer
y los paltos
que refriegan su amor
en el roce verde, áspero
de sus hoja

Eres tu padre cantando María bonita.

Eres tu padre borracho
y alegre
quien pervierte la solemnidad de la noche
virginal de nuestro pueblo quillota
y mi madre te odia con tu canto
tufiento
olor a amigos
cigarros y vino
y el tenue perfume de la que bailo en tus brazos
antes que el vino
y el cansancio llevara tus fuerzas

Eres tú el negro Sánchez
que no sintió el tiritar gélido
de mi cuerpo
exhalando soledad y miedo
porque un abrazo para mi no es más que antesala para gemir
en mi oído

Y entonces como todas las noches llore
tu mirada me escrutaba, preguntando lo que no decías en palabras
y te mirabas en mí
y tal vez lloraste
porque no vistes mis pies tejiendo el paso brusco de la pelota
y cuando las muchachas vinieron en mi busca
era tarde
la noche ya había extendido la invitación
y acepte ser peregrino
y Juan Cobarde
y el que entorna los ojos
Yo padre fui el que hicieron
en los años de los años
un ovillo golpeado
pateado, violado.

¿Porque nunca preguntaste nada?
el silencio hizo mas daño
que grito repudiándome, que bofetada que otros dieron
por ti

Ahora comienzas a morir lentamente
sin alcanzar a susurrar una estrofa
de aquellas canciones
impresas en la piel y en el muro del quitapenas

Murió hace varios gritos míos
mi madre
y ahora vienes silencioso
para que no te escuche morir
y no remesca tu delgado cuerpo
y no agite en mis brazos tus miembros que no responden a nadie
y no diga tu nombre
y tus estertores me den lastima
y te entregue
de palabra, indocumentado a la muerte
que se cuela por los orificios de la casa tuya sin terminar.

Si quieres viajar
sin fecha de regreso
lleva mis ojos grandes, inexpresivos
estas manos
que solo las entrelazó la corona de quien
conoce el madero
este culo
perforado en la tarde de paltos en flor
cuando el silencio
resaltaba los gritos
del placer doliente

Muere
que importa si el tiempo no vuelve atrás
las canciones pasaron de moda
el quitapenas se queda solo
la Lily
no se arrastra por las calles llamándote
porque dejo de beber


Muere para que no respondas por tu soledad

Muere para que el vino fermente sin ti

Muere para darme la oportunidad de llamarte sin que respondas

Muere dejando la huerfania en mi corazón

Muere esta no otra noche. Los días vienen intensos y no hay lugar para la muerte.

Carlos Sánchez Palma ha muerto.

En algún lugar una botella o un vaso se quiebra
y la noche
hizo retumbar el quejido de amanecer
y el tufillo tintero
tiño
tu labio inerte de sabor
yo fumo y no ahuyento la muerte

Tengo una pena contigo, pienso en macho.

Tengo una pena contigo, pienso en macho. De Carlos Ernesto Sanchez
Por José Salomón Gebhard
Magister en Literatura
Profesor U. Alberto Hurtado


Carlos Ernesto Sánchez lanza nueva propuesta literaria con su libro homoerótico de poemas de contenido homosexual.

Como un alocado transeúnte, Carlos Sánchez nos introduce en el mapa callejero de su escritura, avanzando página tras página, al ritmo de una lectura que de pronto se ha convertido en un paseo turístico por este libro calle, por su sendero fechado, con días y meses que avanzan en sentido contrario. En esta ruta de doble tránsito, el trajín nocturno de calle y plaza, el ir y venir de encuentros y desencuentros, se traduce en el registro poético que instala, a ambos costados de la calle, a grafitti y a poema.

Al lado izquierdo, como una muralla interminable, el papel se extiende a lo largo de la vereda y constituye el soporte de la retórica de la calle, sostiene al grafitti urgente y preciso de la expresión urbana, un recado familiar, una declaración de amor o una invitación genital, frases escritas de un solo aliento, de un solo jadeo, una ortografía esquiva que se burla de la corrección gramatical de las Bellas Letras, frases que parodian a la literatura y a los poemas escritos en la página de enfrente.

Sea cual sea su intencionalidad, el grafitti construye la calle, arma la escenografía por donde transitarán los poemas, un espacio amplio para la escritura, a cuya vereda el propio desplazamiento del lector, su oficio de lectura, se torna discurrir poético y discurso textual. Primero fue la letra, después la muralla, la tinta y el papel.

Tras las huellas que ha dejado el devaneo poético de Carlos Sánchez, la lectura se encamina por un sendero que descifra los signos de su urbanidad alterada e insistente.

Como decíamos, a un costado el grafitti. En la otra vereda, en el lado derecho, la sucesión de poemas se configura como la manifestación pública de identidades diversas y polarizadas por las que el autor quisiera ser conformado y penetrado, un escenario donde el autor puede representar varios personajes. Hay una voz que desciende de la cruz, otra voz que huye de la tortura, y otra voz que irremediablemente se ofrece como víctima sexual a un tipo de cita que se asemeja a un sacrificio, a una ansiada crucifixión, a la tortura del deseo.

En este libro, calle o escenario, el poema se formula como un rito de expresión, como un gesto verbal, como una gestualidad lingüística altamente formalizada que alude a tres motivos relevantes: la reivindicación política, la satisfacción sexual y el anhelo místico. Bien lo sabemos, la necesidad del rito se funda sobre la base de un diagnóstico precario de la realidad, no hay unión política, unión sexual ni unión mística posible, por más que propendamos a ello. A lo más, hay una marcha callejera, un paseo nocturno y una procesión que, por supuesto, siempre va por dentro.

He aquí, entonces, la impronta de este autor, sacerdote de la calle, hacerse carne y verbo al ritmo de su paso titubeante, enredar un paso con otro, escribir versos de pie quebrado e incorporarse rápido, fingir que nadie ha notado su tropiezo. Como todo poeta, Carlos Sánchez escribe con los pies y camina con la cabeza, pues, como afirmábamos, su rito poético, su gesto métrico, constituye la parodia de un rito de comunión entre el amante y el amado, entre panfleto y literatura, entre grafitti y poema, que como dos desconocidos flirtean de una vereda a otra, de una página a otra, a la espera de que uno u otro atraviese la calle e inicie la conversación, un intercambio de palabras donde el poema se convierta en un grafitti íntimo y el grafitti en un monólogo colectivo.

Ahí entremedio, en el intersticio de la cuneta, en las ranuras del asfalto, existe el único lugar legítimo donde podemos sellar nuestro paso y nuestra letra. En ese lugar central, en ese hilo conductor equidistante de grafitti y poema, se inserta la consigna del “Ni perdón ni olvido”, punto de arranque de nuestro itinerario lector y que se proyecta hasta él “Venceremos” de la última página, al final del camino, a modo de horizonte teñido de un rojo amanecer.

Carlos Sánchez ha domesticado la política, el sexo y la fe, ha hecho de sus vicios privados virtudes públicas, ha trasladado la política al ámbito privado y ha publicitado a viva voz su espacio íntimo, su éxtasis místico-sexual. A fin de cuentas, ha devuelto a la calle al amante, al revolucionario y al sacerdote, lugar de donde nunca debieron haber salido. Pero les ha devuelto una calle particular, la calle es el templo del grafitti, el rincón oscuro para el encuentro sexual furtivo, la esquina donde conspira el revolucionario y la plaza donde se oye la prédica.

Cada una de estas figuras implementa el ritual de su propia desventura, cada una enuncia su particular liturgia, el amante declara su deseo, el revolucionario declama su ira y el cura predica lo que no practica. En cuanto al amante, el teléfono se convierte en instrumento que vocifera su deseo, pues ¿dónde detenerse en la pesquisa callejera, si no es en una cabina telefónica o en el chat de un cybercafé? No importa, tanto el susurro amoroso, como el rumor social y la oración contrita, forman parte de un mismo grafitti, de una misma muralla. Son el oleaje sordo que oímos al caminar por la calle, al avanzar por estas páginas. Como lo sugiere el título macho del libro, tener, penar y pensar se arrullan en torno a la figura del Otro, ya sea dios, el amado o la utopía social.

El texto de Carlos Sánchez registra la aventura callejera como un libro de horas, como un devocionario político o un misal para peatones. Desde el panfleto o el grafitti, nos convoca y nos interpela: a la calle los lectores, no se hagan los mirones.

Sólo resta la pregunta final: ¿de qué modo salir a la calle, sin importar si se va a misa, a hacer la revolución o a buscar sexo ocasional? Tal vez la respuesta resuene en las palabras de Severo Sarduy, para ir a la revolución hay que ir bien vestida.


Ficha Técnica

Libro : Tengo una pena contigo, pienso en macho

Autor : Carlos Ernesto Sanchez

Editorial Cuarto Propio,

Poemas

CARLOS ERNESTO SÁNCHEZ

Aún con miedo

en las calles de Pudahuel

recorro

el mapa de cuero polvoriento y reseco, desmembrado

harapiento

de su territorio

en la jaculatoria de día y noche

suspiro y esperanza

grito

¡Y va a caer y va a caer!



Los comprando juntos

Ollas comunes

Colonias Urbanas

Comité de Cesantes

Comunidad de Base



Las noches de neumático ardiendo

el rostro de Pinochet crispado

mi dolor hundiendo el latón a golpes llamando más golpes

furia

explosiones

cables tendidos en el ancho de calle electrificadas

para la bota infernal milica



¡Y va a caer!



La radio su retumbar

sonoro

esperanza que la dictadura cayó

y más muertos

en el alarido poblacional



secuestrados

torturados

y los que no soltaron la piedra ni la botella bomba

defendiendo

algo más que la porción de tierra que recorro Pudahuel



***


Cine Roxi

mi mano tiritona de miedo

en el baño con spray escribió ¡Abajo la Dictadura!



Oscuridad en la sala

un beso y el manoseo susurrante

escondió mi temor



Camine cuadras

peregrinar clandestino

de panfletos

llamando a protesta

cayeron uno a uno en la larga fila de mi convocante

grito doliente



Y fui a todos los cementerios

escuche despedidas

consignas

claveles rojos

mire, me miraron, sonreímos, un beso, aquí estamos

nos alejamos sin decir nada más

y así de protesta en funeral

de calle a la cárcel

mojados

apaleados

arrastrados por el suelo



Las horas de Pinochet

se marcaban por las muertes de cada día

lo anunciaba con su paso carnavalesco

ambulancia

helicóptero

guardias

autos polarizados

sirenas aullaban apagando el desgarro del torturado

en clandestinos recintos.



Y porque siempre nos esperan en alguna esquina

Mi nombre es Carlos Ernesto Sánchez

digan que no regrese

que lo sepa el Padre Aldunate

tal vez me llevaron

no se guarde silencio




***


Desde siempre

la mar ha traicionado

me traiciono cuando solo de frente iba y volvía

ignorando mi soledad

el fuego de mi chimenea

las carnes desbordantes jóvenes que sudaban placer

de mis manos

culo y boca



La mar

no devolvió los compañeros

que el ruinruneante helicóptero

vomitó desde su entrañas

con un fierro

piedras

el vientre desunido, cortado por corvo militar



En esas y otras aguas aún están desaparecidos



La mar de Alfonsina

del nostálgico

enamorado

desdichado

poeta

Esa mar

vio el cuerpo de la Pato Egaña morir

una tarde cercana a la noche de navidad en Quintero

donde los soldados de la Fach

me llevaron a los hangares

para besarme y gemir en el oído de mi cuerpo veraneante de 17 años



allí murió Patricio Egaña

su sangre río de VIH

aliento contaminado de sudores y lágrimas

hombres hombres y más hombres

la Matilde Ladrón de Guevara

vestida de fucsia

piernas abiertas

carnes agonizantes y el sexo calvo

presagiando muerte

nada que el Pato Egaña pudiera desear, sino escapar, huir

un hombre

vivir.



Un golpe en la cabeza

y en el fondo de los roqueríos

se quedó

para siempre posando y que la contemplaran las alturas

murió el Pato Egaña

dignamente maricòn

bebido

drogado

culeado





muerto en las noches frías del mar quinterano





***


La noche en El Montijo

letanía de momentos

instante frente a las estrellas

a la vida

al tener para comer

menos – mucho menos- que un quejido para el amor



En El Montijo

no hay nada



Solo militares y carabineros

autos grises polarizados

y nuestros nombres susurrados de lista en lista

para la tortura

el enfrentamiento de muertos

previamente asesinados



Y en el bajo

donde un quejido blanco

inundo las entrañas

donde tomé la mano de un hombre y me arrepentí de besarlo

buscamos muertos

los que enterramos

y cubrimos

en porciones de tierra cuchareada temblorosa oscura



Un mulato

Apenas un niño

Esta embarazada

Es un simple anciano pobre

No lleva rostro

Y las balas y las balas y las balas y las balas



En El Montijo no hay nada

el agua se llevó para siempre

lo que dejaron los militares de Chile

despojos

huesos



No queda ni el aliento del hombre que no besé

Un delgado hilo de agua



Tags: CARLOS E. SÁNCHEZ

Entrevista al Poeta Carlos Ernesto Sánchez

Desde Chile
Entrevista al Poeta Carlos Ernesto Sánchez
Nicolás Opazo
Nicolás Opazo: ¿Desde cuándo comenzó a escribir?
Carlos Ernesto Sánchez: Que recuerde, desde siempre me apasiono la lectura. Leía como
condenado. Robaba dinero aquí y allá para ir a la librería y comprar libros. Me gustaba
sentirlos, acariciarlos, colocarlos uno junto al otro en un estante y contemplarlos. Por supuesto
los leía. Tenía menos de 10 años.
La escritura tuvo mucho que ver con mi soledad. Una soledad que hasta el día de hoy no me
abandona.
Mi ciudad donde nací es triste, melancólica. Comencé a escribir poemas de mucha soledad y
tristeza. Eran poemas que hoy no quiero leer, malos. La verdad que mi primer libro lo quemé.
Bueno, es un rito que también he hecho con fotos de mi pasado.
Mi primer poema publicado fue en Diario El Observador de Quillota. No sé cuantos ejemplares
compre, pero fueron muchos. Estaba eufórico. Me emociono ver en letra de molde esas
palabras escritas en una de las tardes, bajo los paltos. No niego, me sentí famoso. De ahí,
jamás he dejado la escritura.
Nicolás Opazo: ¿Qué es para usted la Poesía?
Carlos Ernesto Sánchez: Todo. No es solo escribir un poema. No es leer poesía. Es mucho
más. Es una forma de vida. Es dejar que las palabras te tomen y lleven por sus caminos. Es
trasformar, ver con ojo escrutador esta realidad, los sentimientos, los hombres, el vivir.
Es también poner el nombre -porque cuando tu escribes socializas- eres conocido, mucho o
poco no importa. Pero ese conocimiento o reconocimiento ponerlo a disposición de las grandes
causas, especialmente aquellas que tienen que ver con la liberación del hombre…de los
pobres.
Nicolás Opazo: Cuéntenos sobre su vida, sus obras, sus proyectos, su actividad literaria.
Carlos Ernesto Sánchez: Mi vida………mi vida es un cuento. He vivido intensamente, y como
Neruda “Confieso que he vivido”
Lo he tenido todo y también he perdido. Nací un martes 13 de Diciembre de 1955, algunos
dicen que esa fecha es mala suerte. Otros que es una gran fecha. Para mi es la mejor.
En un mundo donde vivir de las locuras no es fácil, para mi no ha sido difícil; He sido periodista,
conductor programas de radio, regente de un cabaret, profesor, estudiante para Cura, Lector
de tarot, publicista, relacionador publico y no se cuantas cosas más. Imaginaras que mi vida de
aburrida no tiene nada. Pero si me siento cansado. Los años han llegado y no se piensan ir
jamás de mí.
De verdad, para mi la muerte es un desafío. Ya es hora -pienso- de mirarla cara a cara.
Hablar de mi poesía, es un poco hablar de mi intimidad. Ha tenido cambios. Como mi vida.
Cuando asumí plenamente mi homosexualidad, también se libero mi poesía. Se hizo fuerte,
clara, a veces doliente, pero siempre muy verdadera.
Sabes, no escribo para nadie más que para mí. Es mi ejercicio nocturno que no busco, me
busca. Es en este conjunto de palabras donde hay un resumen de mi vida y de la vida de
tantos que han pasado o se han cruzado con la mía.
Sin duda el libro que más quiero es “Tengo Una Pena Contigo, Pienso en Macho” curiosamente
no lo quiero por sus poemas, sino por la belleza de su portada, sus colores, los graffiti que hay
en el texto.
Fue un trabajo hermoso de Editorial Cuarto Propio.
De mis proyectos; nada, vivir. Eso ya es suficiente. Escribo mucho, no solo poesía sino
recuerdos y anécdotas de aquellos – como Gladys Marín, la líder comunista- que fue mi amiga.
Siento que he vivido intensamente y tengo mucho que contar.
Ahora consumo mi tiempo corrigiendo mi texto poético “Cartas para Iván” 80 poemas
desgarradores que dan cuenta de un pasaje de mi vida junto a mi ex pareja. Poemas fuertes,
bellos, marginales.
De mi actividad literaria, puedo decir que no participo en nada gremial. No porque no crea es
las asociaciones gremiales – por el contrario- pero en chile agrupan a poetastros y gente de
muy baja calidad y que no hacen ningún esfuerzo para renovarse. Este es un tema que se ha
discutido mucho en la prensa por los escritores que no están sindicalizados.
Por mi parte doy recitales en Universidades, colegios, municipalidades y centros culturales de
todo el país. Pero mi labor fundamental es estar solo, sentado en pieza en la condición del
hombre feliz, leyendo un buen libro. Además pasó gran parte del tiempo frente al computador.
También hablo mucho por teléfono, porque no recibo visitas en mi departamento (vivo en el
centro de santiago, la capital) a toda la gente no le gusta ser recibido por 7 gatos. Si, tengo 7
gatos que son mi familia.
Nicolás Opazo: ¿Cómo define su poesía?
Carlos Ernesto Sánchez: Marginal. Una poesía que da cuenta de la vida, dolores, silencios,
de aquellos que aman desde la misma vereda. Es una poesía desgarradora, con lenguaje
crudo. Es radiografía al alma de “las minorías” que no son tan minorías.
Nicolás Opazo: ¿Cree qué el escritor es un ser obsesivo?
Carlos Ernesto Sánchez: La historia da cuenta de escritores obsesivos. Soy obsesivo. Bueno
la verdad es que soy una mezcla de todo y nada. Maniático, depresivo, ególatra, mitómano,
sádico, voyerista. Sino fuera un poco de cada cosa de verdad no podría escribir.
Nicolás Opazo: ¿Cómo ve la nueva poesía de estos últimos tiempos?
Carlos Ernesto Sánchez: Como la de otros tiempos. ¿Qué es la nueva poesía? Para siempre
los clásicos serán nueva poesía. Un poema es bueno o malo. La poesía me tiene que seducir,
llamar, tocar mis fibras. Para mi Neruda puede ser lo máximo y para otro no lo es. Por ejemplo
Parra me parece una huevada. Un anciano que esta chocheando. Sus poemas no me dicen
nada. A otros puede que si.
Nicolás Opazo: ¿Es necesario que el escritor sea un hombre comprometido?
Carlos Ernesto Sánchez: ¿Comprometido con qué? Ya pasaron los sueños del socialismo
igualitario. No creo, abandone las luchas políticas. La poesía es buena o mala. Cuando es
buena, sin duda esta haciendo la revolución.
Los poemas y poetas pan fleteros solo sirven para ensuciar papeles y murallas.
Los poetas deben ser libres. Su compromiso es con la verdad y nada más. He comprendido
que cuando el artista se matricula con causas pierde su creatividad.
Hoy soy un opositor a todo y nada. Pero no me gustan las dictaduras del signo que sea.
Chávez es dictador que lo esconde, populista, Fidel un anciano tirano que no respeta la
libertad. Aunque valoro lo que hizo por Gladys Marín. Pero es un dictador.
Nicolás Opazo: ¿Cuál es el fin de su poética?
Carlos Ernesto Sánchez: No lo se. La poesía no sirve para nada. Y eso es genial.
Nicolás Opazo: ¿Cuáles son los autores que influyen en su obra?
Carlos Ernesto Sánchez: No se si influyen; me gusta Raúl Zurita, Borges, Paz, Charles
Bukowski, Neruda, Cardenal, Tomas Merton. Me gustan los poetas pueblerinos que escriben y
difunden con mucha dificultad su trabajo poético.
Nicolás Opazo: ¿Qué libro nos recomendaría leer?
Carlos Ernesto Sánchez: Ninguno; leer es un vicio y la gente no debe tener vicios. Ahora yo
no abandono El Principito, La Biblia, El Quijote, Los Miserables, Residencia en la Tierra y otros.
¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a través de los años?
Mi lenguaje tiene que ver, con la aceptación de mi realidad sexual, política, de la calle
Nicolás Opazo: ¿Qué hace antes de escribir?
Carlos Ernesto Sánchez: Siempre estoy leyendo. No tengo rituales. Espero que llegue la
noche y escribo. Después dejo el texto un tiempo abandonado, despreciado, asqueado del
mismo, para luego volver y con admiración ver que de mi nació algo doloroso pero bello.
Nicolás Opazo: ¿Cómo ve usted hoy por hoy la industria editorial? ¿Como autor qué
soluciones le daría a este problema?
Carlos Ernesto Sánchez: Para mi en este momento es importante que de una vez por todas
se termine con el IVA que es el impuesto al libro. Que los fondos concursables en mi país sean
otorgados por meritos y no por militancia política. Espero que algún día el estado tenga su
editorial, como fue en el tiempo del Presidente Allende y se editen libros que lleguen a todos
especialmente los más pobres.
Nicolás Opazo: ¿Cree en los concursos o certámenes literarios?
Carlos Ernesto Sánchez: No. Todo está pautado. Además escribir poesía que da cuenta de la
problemática de las minorías sexuales o de los pueblos indígenas no es atrayente para los
organizadores de concursos.
Nicolás Opazo: ¿Qué opina de las nuevas formas de difusión literaria por Internet como
revistas literarias, blogs, páginas sobre literatura?
Carlos Ernesto Sánchez: ¿Me pregunto las leerá alguien? Espero que si. Toda forma de
difundir literatura es válida. Ojalá se inundarán calles con afiches de poesía. Me tienen hastiado
los carteles políticos, es mejor reemplazarlos por poemas en las calles.
Nicolás Opazo: Por último: ¿Desea agregar algo más?
Carlos Ernesto Sánchez: No sé porque acepté contestar estas preguntas; no me gusta
responder nada. Por estar contestando esta entrevista no puedo ver mi programa favorito o
bien chateando, no para conocer un hombre sino para hermanarme con otro solitario que
busca calor, voz, abrazo y cama…
Poemas de Carlos Ernesto Sánchez
Fiebre
Amanece
botado en cama
vueltas
ahogado en lagrimas, sudor, mi cuerpo despide
olor nauseabundo
de vejez
soledad y olvido.
Las poses que ejercí
la fiebre trae y lleva quejidos
palabras sueltas
mezcla de nombres, traiciones
y amor maricón contenido, mientras el sexo lubrica las carnes.
No sé cuanta fiebre me recorre
soy grito orgásmico
cerrado los ojos, clamo, pido
en posición fetal, destapado, té llamo María Meza Herrera
la muerte que me seduce
retiene tus pasos madre
Lloro, tirito, tengo frío
Iván no esta conmigo para que en la mortaja
de sus manos se imprima mi rostro.
Mi cuerpo desnudo
delgado, peludo, destartalado
quejido en el deambular de Santiago
Ojala esta noche
desde la inconsciencia de la fiebre y dolor
pase a la muerte
sin llorar ni despedirme de ti Iván Miño.
(Del Libro Cartas para Iván)
Cristo
mientes al susurrar
“este es mi cuerpo, esta es mi sangre”
entrégate
siente el mordisco del beso caliente
que no tiene amor
Jesús
cuenta las monedas
y
cierra las piernas
aunque
duela
Enmanuel
no llores
que para tener pan, vino
y
gozar la noche
muere
sin amar
Bebe
y el olvido trae paz
así
en la noche
no
hay
cruz
Dios con nosotros
aléjate
que
él
grito
de
la
eternidad
de los caídos
no té
invoque
Rey de los Judíos
mi cuerpo lo recordaran quienes lo gozaron
y
gimieron por él
cuerpo esquelético, moreno, agrietado, mancillado
sangre herida
aquí yace el rey de los marginales
V I H
y
no
resucitare.

Carlos E Sánchez

Poemas

Cyber Humanitatis Nº 37 (Verano 2006)

Poemas inéditos, por Carlos Ernesto Sanchez


Agonía

La noche
espera que tu grito
hiera, parta, violente
tantos silencios
susurros
gemidos
lagrimas contenidas
mientras
el clavo de la cruz
penetra las carnes
temblorosas
Nunca
la sangre fue borbotones
hilillo
delgado rastro
respetuoso camino
que no expande
Hiere

Sangre
de mi cuerpo

Carnes
separadas
en la noche de huertos pobres
donde
no rodaron monedas

Polvo
suciedad
maleza seca en el cuerpo
clava
para no olvidar
es semana santa

Rey de Judios
negros
maricones
gitanos
sidientos
La noche
Calla
para que
baje hasta el no deseo
y sea crucificado

Cúmplase la escritura



Lanzo botellas por la ventana
y latas vacías de cerveza
que no tendrán resurrección
aunque sea noche de San Valentín


Bebo
por el que se durmió en la plaza
y nadie le probo el zapato de cristal
ni un mísero condón
anidó como pertenencia, regalo
en noche de San Valentín


Me emborracho
escarbo basura, detengo mis años en el Carabinero
que podría hacerme suyo
para olvidar
y que vuele la noche
ahuyentando tedio y calentura

Es un silencio oscuro
donde otros hablaran de amor

Bebo
gustillo amargo, helado, embriagador
no tengo cigarros
y el humo lo evoco, porque fumando espero
al hombre que yo quiero
y mientras fumo mi vida la consumo


alguien dijo
que es noche de amor la musiquilla
de Chavela Vargas
hace mierda mi estomago, recuerdos, llanto el susurro
de tu nombre
que solo a mí
sabe a vino
cerveza
charqui
y mi lengua en tu culo para gemir y vivir


Bebo
Solo
aunque mis latas y botellas
amanezcan arrugadas
abajo
de
mi
ventana





Ni el hombre

El hombre
que escarba basura,
y se burla de Dios
en la noche de Santiago

Llora
hoy que te perdí

No son tus muslos
ni el sexo receptor
ímpetu callejero
que me calienta
llamándote

Eres tú
Iván Miño

Por verte una vez más
dormido
en mi cama
traduciendo el alma
cuando el dolor
no habla

Callaría la vida misma
detendría buses
cerraría de un palabrazo
a los que comentan el día entre anécdotas

Iván Miño
perdóname
antes que entre en la tierra
que me busca
para desgranarme


Más allá de mi rostro
reconócete

Soy el beso de tus labios

Que tus ojos heridos
lloren de una vez

Perdóname Ivan





.........Es él ultimo brindis de un bohemio por una reina

( Para Iván Miño)

No canto por ti Ivan
susurro canciones
que muerden
y hacen trizas las tripas
mientras un hombre de 35 años
te hace el amor
llama la muerte
que tu nombre se borre en mis poemas.

Este es él ultimo brindis
caen las copas
empuño mis manos
te veo en cada figura que mira torvo
buscando lo que me pertenece.

Prendo velas a San Sebastián
con su costado penetrado
que sangra y duele
crucifica
con las carnes abiertas como noche
con hombre que no te ama.

Este es él ultimo brindis de un bohemio por una reina
salud
salud
es el fin de esta historia



Atiéndeme quiero decirte algo.


Borracho
en la cuneta sentado imploro cigarro
pido fuego
pregunto la hora
vomito de tanto estar ebrio

nadie dice la hora
ofrece cigarros
ni tiene fuego

y soy un viejo pelo blanco
en la noche negra más intensa de las noches


Te llamo y evoco
llorando digas
al teléfono que estas en casa
y nadie pone su brazo para que me olvides.

Borracho
orino en la puerta del museo
y susurro él atiéndeme
quiero decirte algo

Solo en esta madrugada
te llamo y nadie mas que yo entiende
que tu nombre es Ivan
y no volverás

y seguiré emborrachado
llevare los muchachos de la plaza a mi cama
sin condón
diré que los amo para luego llorar
y orinare
pediré fuego
cigarros

y la muerte sorda
no entiende que agazapado la espero de donde venga

Antes que huya la borrachera Ivan.




Revista de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile ISSN 0717-2869

Poemas

Carlos Ernesto Sánchez
Poeta de la Región de la Araucanía, radicado en Santiago.
Actualmente vive en Santiago, antes vivió por largos años en Quillota y el Tabo ... lugar que dejo después del incendio de su casa.

Mis datos...
-Nació en Chol-Chol, Temuco, IX Región, CHILE en 1955.
-Tiene estudios en Filosofía y Teología.

Ha ejercido el periodismo en radios y medios escritos, además la docencia en diferentes colegios.
Ha publicado: “Tres Poetas”, “Por qué Dios mío” y “Cantos de Locura, Pasión y Tristeza”.
Por dos años residió en el Monasterio Benedictino de Lliu Lliu, luego se trasladó a la comuna de Maipú a una comunidad de religiosas ubicada en sectores marginales, ingresando como seminarista a la Congregación Padres de la Sagrada Familia

Fue Vicepresidente del Comando de la Candidatura Presidencial de Gladys Marín.

Recientemente edita “ Tengo una Pena Contigo, Pienso en Macho...” por Cuarto Propio, libro de poesía homo erótico que en su diseño incorpora graffitis recogidos de lugares públicos y marginales de Santiago, todo esto plasmado en portada por la Fotógrafa Paz Errázuriz.

En la actualidad escribe para algunos medios de comunicación y dedica gran parte de su tiempo a la actividad política, como independiente de Izquierda.


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Fiebre

Amanece
botado en cama
vueltas
ahogado en lagrimas, sudor, mi cuerpo despide
olor nauseabundo
de vejez
soledad y olvido.
Las poses que ejercí
la fiebre trae y lleva quejidos
palabras sueltas
mezcla de nombres, traiciones
y amor maricón contenido, mientras el sexo lubrica las carnes.

No sé cuanta fiebre me recorre
soy grito orgásmico
cerrado los ojos, clamo, pido
en posición fetal, destapado, té llamo María Meza Herrera
la muerte que me seduce
retiene tus pasos madre

Lloro, tirito, tengo frío
Iván no esta conmigo para que en la mortaja
de sus manos se imprima mi rostro.

Mi cuerpo desnudo
delgado, peludo, destartalado
quejido en el deambular de Santiago

Ojala esta noche
desde la inconsciencia de la fiebre y dolor
pase a la muerte
sin llorar ni despedirme de ti Iván Miño.



Carlos Ernesto Sánchez
( Del Libro Cartas para Iván)


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Cristo

mientes al susurrar
“este es mi cuerpo, esta es mi sangre”
entrégate
siente el mordisco del beso caliente
que no tiene amor

Jesús
cuenta las monedas
y
cierra las piernas
aunque
duela

Enmanuel
no llores
que para tener pan, vino
y
gozar la noche
muere
sin amar

Bebe
y el olvido trae paz
así
en la noche
no
hay
cruz

Dios con nosotros
aléjate
que
él
grito
de
la
eternidad
de los caídos
no té
invoque

Rey de los Judíos
mi cuerpo lo recordaran quienes lo gozaron
y
gimieron por él

cuerpo esquelético, moreno, agrietado, mancillado
sangre herida

aquí yace el rey de los marginales
V I H
y
no
resucitare.

Carlos Ernesto Sanchez Meza, Junio 28 2006

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