domingo, 3 de mayo de 2009

Poemas

CARLOS ERNESTO SÁNCHEZ

Aún con miedo

en las calles de Pudahuel

recorro

el mapa de cuero polvoriento y reseco, desmembrado

harapiento

de su territorio

en la jaculatoria de día y noche

suspiro y esperanza

grito

¡Y va a caer y va a caer!



Los comprando juntos

Ollas comunes

Colonias Urbanas

Comité de Cesantes

Comunidad de Base



Las noches de neumático ardiendo

el rostro de Pinochet crispado

mi dolor hundiendo el latón a golpes llamando más golpes

furia

explosiones

cables tendidos en el ancho de calle electrificadas

para la bota infernal milica



¡Y va a caer!



La radio su retumbar

sonoro

esperanza que la dictadura cayó

y más muertos

en el alarido poblacional



secuestrados

torturados

y los que no soltaron la piedra ni la botella bomba

defendiendo

algo más que la porción de tierra que recorro Pudahuel



***


Cine Roxi

mi mano tiritona de miedo

en el baño con spray escribió ¡Abajo la Dictadura!



Oscuridad en la sala

un beso y el manoseo susurrante

escondió mi temor



Camine cuadras

peregrinar clandestino

de panfletos

llamando a protesta

cayeron uno a uno en la larga fila de mi convocante

grito doliente



Y fui a todos los cementerios

escuche despedidas

consignas

claveles rojos

mire, me miraron, sonreímos, un beso, aquí estamos

nos alejamos sin decir nada más

y así de protesta en funeral

de calle a la cárcel

mojados

apaleados

arrastrados por el suelo



Las horas de Pinochet

se marcaban por las muertes de cada día

lo anunciaba con su paso carnavalesco

ambulancia

helicóptero

guardias

autos polarizados

sirenas aullaban apagando el desgarro del torturado

en clandestinos recintos.



Y porque siempre nos esperan en alguna esquina

Mi nombre es Carlos Ernesto Sánchez

digan que no regrese

que lo sepa el Padre Aldunate

tal vez me llevaron

no se guarde silencio




***


Desde siempre

la mar ha traicionado

me traiciono cuando solo de frente iba y volvía

ignorando mi soledad

el fuego de mi chimenea

las carnes desbordantes jóvenes que sudaban placer

de mis manos

culo y boca



La mar

no devolvió los compañeros

que el ruinruneante helicóptero

vomitó desde su entrañas

con un fierro

piedras

el vientre desunido, cortado por corvo militar



En esas y otras aguas aún están desaparecidos



La mar de Alfonsina

del nostálgico

enamorado

desdichado

poeta

Esa mar

vio el cuerpo de la Pato Egaña morir

una tarde cercana a la noche de navidad en Quintero

donde los soldados de la Fach

me llevaron a los hangares

para besarme y gemir en el oído de mi cuerpo veraneante de 17 años



allí murió Patricio Egaña

su sangre río de VIH

aliento contaminado de sudores y lágrimas

hombres hombres y más hombres

la Matilde Ladrón de Guevara

vestida de fucsia

piernas abiertas

carnes agonizantes y el sexo calvo

presagiando muerte

nada que el Pato Egaña pudiera desear, sino escapar, huir

un hombre

vivir.



Un golpe en la cabeza

y en el fondo de los roqueríos

se quedó

para siempre posando y que la contemplaran las alturas

murió el Pato Egaña

dignamente maricòn

bebido

drogado

culeado





muerto en las noches frías del mar quinterano





***


La noche en El Montijo

letanía de momentos

instante frente a las estrellas

a la vida

al tener para comer

menos – mucho menos- que un quejido para el amor



En El Montijo

no hay nada



Solo militares y carabineros

autos grises polarizados

y nuestros nombres susurrados de lista en lista

para la tortura

el enfrentamiento de muertos

previamente asesinados



Y en el bajo

donde un quejido blanco

inundo las entrañas

donde tomé la mano de un hombre y me arrepentí de besarlo

buscamos muertos

los que enterramos

y cubrimos

en porciones de tierra cuchareada temblorosa oscura



Un mulato

Apenas un niño

Esta embarazada

Es un simple anciano pobre

No lleva rostro

Y las balas y las balas y las balas y las balas



En El Montijo no hay nada

el agua se llevó para siempre

lo que dejaron los militares de Chile

despojos

huesos



No queda ni el aliento del hombre que no besé

Un delgado hilo de agua



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