Desde siempre
la mar ha traicionado
me traiciono cuando solo de frente iba y volvía
ignorando mi soledad
el fuego de mi chimenea
las carnes desbordantes jóvenes que sudaban placer
de mis manos
culo y boca
La mar
no devolvió los compañeros
que el ruinruneante helicóptero
vomito desde su entrañas
con un fierro
piedras
el vientre desunido, cortado por corvo militar
En esas y otras aguas aun están desaparecidos
La mar de Alfonsina
del nostálgico
enamorado
desdichado
poeta
Esa mar
vio el cuerpo de la Pato Egaña morir
una tarde cercana a la noche de navidad en Quintero
donde los soldados de la Fach
me llevaron a los hangares
para besarme y gemir en el oído de mi cuerpo veraneante de 17 años
allí murió Patricio Egaña
su sangre río de VIH
aliento contaminado de sudores y lagrimas
hombres hombres y más hombres
la Matilde Ladrón de Guevara
vestida de fucsia
piernas abiertas
carnes agonizantes y el sexo calvo
presagiando muerte
nada que el Pato Egaña pudiera desear, sino escapar, huir
un hombre
vivir.
Un golpe en la cabeza
y en el fondo de los roquerios
se quedo
para siempre posando y que la contemplaran las alturas
murió el Pato Egaña
dignamente maricòn
bebido
drogado
culeado
noche tras noche muerto en las noches frias del mar quinterano
miércoles, 3 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario