domingo, 14 de junio de 2020

Carta a mis Compatriotas

Carta a mis compatriotas;
Por
Carlos Ernesto Sánchez.
Escribo estas palabras con  la más profunda angustia, ante la situación que vivimos producto de la Pandemia. Soy un hombre de la tercera edad, con 8 enfermedades que me aquejan en mi cuerpo, pero quedando aun la reserva de mi capacidad de pensar, sentir, actuar y hacer algunas actividades que forman parte de mí ser; Leer y Escribir.
Vivo solo y estoy solo. Tal vez tengo el privilegio de vivir en una zona campestre, rodeada de cerros, a diferencias de otros y otras de mi misma edad e iguales condiciones de salud, con el agravante de residir en pequeños espacios, insalubres, acosados por la delincuencia y el narco tráfico.
Si el tiempo de una vacuna en contra de  la pandemia, no es muy largo, tal vez no engrose la lista de sus víctimas.
Cada dia con dolor escucho noticias que dan cuenta de la orfandad que muchos vivimos y para otros en la inconsciencia de la juventud, o el poder del dinero, o la buena salud, que se exponen y desafían a la enfermedad, colocándonos a los viejos, pobres, enfermos en las barbas mismas del virus.
Desde esta angustia que vivimos muchos, de la incertidumbre del que pasara mañana, de esta soledad que corroe el alma y una situación económica desastrosa, no solo llamo, grito y ahora suplico, seamos capaces de vaciar las calles, de no salir, de hacer vida las directrices de la autoridad, para vislumbrar que podemos tener una oportunidad a vivir.
Los pequeños gestos, son sin duda los que dan sentido a la vida; Ojala hagamos de esos pequeños gestos el ritual en  estos tiempos de soledad y carencias de amplios sectores de nuestro país. Basta un llamado para saber como estamos o para desgranar el dia en familia y amistad.  No es necesario – por ahora- el contacto físico, pero no puede ser que cuando la ciencia nos otorga varias formas de comunicación, la soledad sea fuerte y los silencios totales. No solo los cercanos deben romper el círculo de la soledad, sino también aquellos que enarbolan la palabra amistad.
Yo dentro de todos mis problemas de salud, siento sanación en mi alma, cuando alguien desde los rincones, territorios, lugares y realidades, llaman en la entrega de  amistad.
En esta Pandemia no solo la autoridad política- sanitaria, tiene algo que decir; Todos, Usted y Yo, hagamos que la noche del huerto pase pronto y la realidad resucitada – no solo de nuestra patria- sea cierta.
En esta hora de dolor, pienso y hago mío el sufrimiento de aquellos infectados o de los otros que en pobreza buscan formas de sobrevivir. Los que tenemos un plato de comida asegurado, un espacio para vivir dignamente, no dejemos de pensar en los otros que no tienen y si no podemos ser solidarios en lo material, seamos custodios de la salud, no saliendo a la calle, no exponiéndose y exponiendo a los demás.
He vivido muchos años  y haciendo vida las palabras de Isidora Aguirre, exclamo “Doy por vivido todo lo soñado y por soñado todo lo vivido” pero aun quiero para ver crecer, jugar, estudiar y ser una mujer valiosa e integra a mi sobrina nieta.

Mi sueño imposible, es posible; Escuchar el Ring del teléfono y que una voz amiga – aunque no conozca- espante la soledad y siembre aun mas las ganas de vivir y vencer a la muerte. De usted, de ti depende. Mi corazón  aprendió en la vida, el ejercicio de esperar.

sábado, 13 de junio de 2020

Emaus; De la Muere a la Vida

Columna de Opinión.
Emaus; de la muerte a la vida
Por
Carlos Ernesto Sánchez
El Abate Pierre, ante la muerte de un hombre en la calle y el abandono, grito con fuerzas que ese funeral, era el funeral de la vergüenza. Este sacerdote que llego a ser Diputado en  Francia, abierto a la acción  del espíritu y consecuente con su fe  y aplicando la sentencia de ver, juzgar y  actuar, no quedo en la denuncia de las injusticias y formo la organización, cuya misión impuesta por el amor, se dedica a consolar, promover, por medio del trabajo a todo hombre o mujer que requiera apoyo.
En Chile un grupo de jóvenes reunidos en los suburbios de Santiago, encabezados por José Aravena, dieron luz a comunidades de  vida. Creativos a ejemplo del Abate Pierre, se dedicaron a recuperar  materiales en desuso y abrir las puertas de sus traperías a quien golpeara a sus comunidades. Hoy están presentes en Santiago, San Bernardo, Talca, con sus camiones recolectando lo que se  desechan. Apoyan  y promueven   a drogadictos, alcohólicos, pobres sufrientes, seres sin esperanzas. Hoy viven comunidades   trabajando en la recuperación de lo que otros desechan. Viven bien, dignamente,   atentos a los signos de los tiempos. No solo recuperan bienes materiales sino hombres y mujeres, que por diversas razones terminan en la pobreza abandono, en  calles de la cuidad.
Son los descartados de la sociedad, como ha dicho el Papa Francisco. No son  Congregación religiosa, pero sin duda hacen vida las palabras de Jesús, el resucitado “Lo que hacéis a uno de estos a mi me lo hacéis” el Papa  ha dicho reiteradamente “     “La Paz es obra de Justicia” y este grupo de hombres encabezados por Pepe Aravena, Manuel Gavilán y otros  trabajan y son promotores de Justicia.
Todos podemos y debemos – así lo urge nuestro compromiso cristiano- apoyar de todas las formas posibles. Las Traperías son lugares  donde a precio módico se encuentra de todo, recuperado por hombres y mujeres que con su trabajo son seres dignos, plenos queridos y acogido con verdadero respeto y amor.
Los conozco. En momentos de cesan tía en Temuco, Región de la Araucanía, cuando había perdido todo, hasta la dignidad de mi mismo, abrieron sus puertas y no falto un plato de comida, cama, duchas y la alegría de la comunidad.
Recuerdo con cariño y agradecimiento a Alfonso Merillan, quien junto a otros  respeto mis tiempos de dolor y soledad. Esos fueron días maravillosos que jamás han salido de mi vida.
Con los años nos hemos encontrado con los Traperos en otros escenarios, defendiendo la vida, libertad, compromiso con los pobres y siempre vuelvo a recordarlos porque no con palabras, sino con hechos, aprendí a ser  hermano de todos, especialmente los sufrientes y marginados, envilecidos por esta sociedad de consumo, donde la entrega de uno mismo no es entendida por esta sociedad amante del dinero y poder sobre otros, especialmente los más pobres.
Escribo sobre los Traperos de Emaus, porque en esta hora de dolor tenemos la obligación de apoyarnos en la construcción de un mundo mas humano.
No bote aquello que en buen estado  es recuperable, puede cambiar vidas.
Siempre hay un miembro de la comunidad dispuesto a ir donde usted los llame para retirar sus donaciones.
Jesús expresaba “No hay amor más grande que aquel que da la vida por sus   hermanos.”
Y el mandamiento primero y más importante es” amaos unos a otros como yo los he amado” Sin duda una vara muy alta. No es amor a ídolos o iglesias y practicas piadosas. No es ser padre de nadie, sino hermano de todos a ejemplo del obrero de Nazareth.
La medida del amor es la justicia, la cual nos debe comprometer  con la realidad de nuestros hermanos, teniendo voz y presencia, a ejemplo del Abate Pierre en la política, la predica y el testimonio de vida.
Las comunidades  de Emaus, son hombres y mujeres, que luchan día a día, por Reino de Dios y su justicia. No importa sino proclaman con los labios el nombre del resucitado, pero sus corazones y acciones, hacen vida la palabra del hijo de Dios.
Lea esta columna y al conocer a los Traperos de Emaus,  vera que un trozo del paraíso se construye aquí y ahora.
Mi corazón y compromiso está con ellos, donde Dios marcha junto a los pobre y descartados de esta sociedad consumista.



domingo, 24 de mayo de 2020

Esta es la Hora de lo que Viviremos Mañana

Columna de Opinión
“Esta es la Hora de lo que viviremos mañana”
Por
Carlos Ernesto Sánchez.
Sin duda la pandemia nos golpea fuerte. La desobediencia vivida por muchos sectores de la ciudadanía – en semana santa, 21 de mayo  y otras fechas- de  salir a la calle, no respetar los protocolos, hoy  pasa la cuenta. Estamos al borde de la crisis. En esta cruda realidad donde la organización presencial debe estar ausente, para evitar el contagio, donde la pobreza golpea puertas y el miedo a la enfermedad y el que hare mañana, porque el futuro se ve difícil, es  bueno volver la mirada a otros tiempos  que por muchos años nos trajo la pandemia de la dictadura; Censura, represión, hambre, muerte, desapariciones. Hechos que por años vivimos y padecimos. Fueron años difíciles que logramos derrotar. En primera línea siempre estuvo la Iglesia católica y otros credos religiosos, que poniendo en riesgo su propia integridad no abandonaron a los pobres y marginados.
Hoy nuevamente la iglesia asume un papel protagónico de servicio, a diferencia de ayer hoy la inmovilidad es necesaria para no seguir transmitiendo el virus.
La iglesia ha puesto al servicio de la autoridad sanitaria – no una- sino muchas casas  como lugares de aislamiento y cobijo, para personas contagiadas, o en situación de calle. De sus recintos han salido cientos de cajas de alimento o elementos sanitarios para apoyar, sin hacer distinción de ninguna especie.
En muchos conventos las religiosas, junto a su labor más propia como es la oración, han destinado tiempo a confeccionar mascarillas o han abierto  puertas de sus comunidades para albergar a quien lo necesite.
Hoy la Iglesia, no cuenta con el diezmo o recurso que ingresa por otros servicios que facilita a la comunidad; han asumido lo decretado por la autoridad y toda ceremonia se realiza vía internet – redes sociales. Sin duda no se está dando desde llamada riqueza de la institución, sino de un compartir verdadero y fraterno.
Este ha sido un tiempo de volver a reencontrarse con los creyentes y hombres de buena voluntad, después de un periodo que remeció la sociedad ante los escándalos de algunos sectores del clero.
El pontífice romano, sin la parafernalia de un Juan Pablo II ha llevado la iglesia a reencontrarse con sus raíces, con el mensaje de Jesús. De una iglesia triunfalista nos lleva hacia una iglesia servidora, de la riqueza y el boato pasamos a la austeridad. De una teología europeizante a la mirada desde los pueblos oprimidos y sufrientes, desde la censura a la liberación.
Hoy son tiempos de gracia para los creyentes. Una puerta  se abre para hombres y mujeres que deseen gastar su vida en el servicio a los más pobres y necesitados.
Esta pandemia con todo el dolor que trae, es también un tiempo de gracia, porque nos da la oportunidad de volvernos a mirar a la cara, de entender que solo, no salimos de esta pandemia, sino solidariamente, de replantearnos los seudo valores que el modelo nos impone.
No por cálculo político, ni crecimiento en la encuesta esta es la hora de la unidad. En nuestras poblaciones hay hambre, soledad, vivir escondidos de las balas de los narcotraficantes, de construcciones míseras, donde se vive en total hacinamiento.
No sé si se ha hecho bien o mal, el trabajo frente a la pandemia, lo que si quedad claro que la miseria ha develado su cortinaje, mostrando las verdaderas condiciones que viven grandes mayorías.
 Esta no solo es la hora de entregar bolsa de mercaderías o bonos, es la hora de inyectar valores a una sociedad que está enferma no solo de corona virus. Es la hora del ejercicio de la solidaridad, de la palabra y el gesto amigable, de hacer del servicio público un apostolado.
Así como la Iglesia, se hace presente en estos momentos de dolor, las municipalidades aun más, deben gastar horas y recursos en acompañar a los vecinos, promover el fortalecimiento de las unidades vecinales y de las organizaciones de base.
En esta hora  todos tenemos un protagonismo en esta pandemia, hasta para ser protectores de gatos y perros comunitarios, seres silentes a los que no hay que dejar en el abandono.

Esta es la hora de lo que viviremos mañana.

miércoles, 13 de mayo de 2020

Columna Vencedores de la Vida

Columna de Opinión
“Vencedores de la Vida”
Por
Carlos Ernesto Sánchez.
Al ver  imágenes de miles de personas  en calles, centros comerciales, ferias y espacios públicos, sin duda la pregunta obvia es que ha pasado con el publicitado confinamiento al que ha sido sometido gran parte del país.
El Ministro de Defensa, alabo el trabajo de las fuerzas armadas e hizo rimbombantes anuncios de “Tirar toda la carne a la parrilla” que por los resultado  eran solo unos escuálidos chorizos. La gente sigue en  calles, negocios abiertos, fiestas por aquí y allá y el no uso de mascarillas un mal chiste que no produce risas.
De un tiempo  a esta parte las Fuerzas Armadas han demostrado que la sentencia de Korry, embajador de EEUU en Chile hace años, parece ser cierta “Los soldados Chilenos son soldaditos de juguete” nada de lo   encomendado lo han hecho bien, no logrando imponer orden y respeto.
¿Cómo es posible que a metros de un control con presencia de uniformados se asalte un camión blindado y se roben 1.500 millones? Y nadie vio nada.
Hoy con toque de queda se asalta con más impunidad, que en día normal. Sin dudas todas las promesas y amenazas de Piñera de terminar con la delincuencia, no pasaron de ser una bravuconada de campaña y de descalificación de la ex presidenta Bachelet. Por la boca muere el pez, dice el viejo refrán.
Mejor de carabineros ni hablar; Han demostrado  pericia en reprimir demandas ciudadanas y en participar en ilícitos, lo cual tiene a varios uniformados en tribunales encausados por delitos. Y su ineficiente general director sigue en su cargo, gracias a la porfía y una mala entendía lealtad expresada por el gobierno.
A pesar  de la incapacidad de carabineros y fuerzas armadas, de mantener el orden público, no ha sido malo el trabajo salud  realizado frente al tema de la pandemia, se ha informado bien sobre la enfermedad, instalando espacios y equipos, que den respuesta a los requerimientos de la población.  En este punto sin duda hay reconocer y agradecer el trabajo de la Iglesia Católica, que ha puesto a disposición de las autoridades su infraestructura para ayudar en momento muy difíciles.
Quienes también han desarrollado un trabajo valioso han sido Investigaciones de chile. No solo ha sido apoyo en labores de calles, sino seguir atendiendo sus trabajos propios, con éxito en temas investigativos.
Molesta que varios Ministros desarrollen un discurso rimbombante frente al rol de las Fuerzas Armadas, cuando los hechos, la realidad muestran un resultado mínimo, en el tema de orden público.
Este gobierno tiene especialidad en armar parafernalia, promesas vacías que en el transcurso de horas y días, van cayendo y solo queda el gasto de promesas incumplidas.
¿Qué hacer? ¿Cómo logramos se entienda el peligro que vivimos, especialmente aquellos que tenemos enfermedades de base? Los ancianos, enfermos, pobres, desvalidos son sin duda las victimas que pagaran con su vida, la irresponsabilidad de seres que salen sin medidas de seguridad a transitar por calles u otros espacios, y luego contagian a los más débiles de su cercanía.
Tal vez algunos deban salir, por causas bien fundamentadas, pero deben hacerlo con el máximo de seguridad, y eso no es lo que se ve en calles o centros comerciales.
Chile  ha vivido grandes dolores, de toda  índole, no ha aprendido a valorar la vida, a protegerla, luchar en solidaridad por lo más débiles y marginales.
Hoy deberíamos sentir vergüenza que ancianos estén muriendo, no solo de esta enfermedad, sino de la peor pandemia; Soledad, miseria, abandono, olvido. Ellos que dieron todo, en la lucha del día a día, por años.
Esta pandemia es la radiografía que nos plasma, la sociedad neo liberal que algunos rinden culto, donde el hombre no es sujeto de la historia, sino  objeto, transable en el mercado.
Hoy la expresión de repudio a este sistema y tanta injusticia, es quedándonos en la casa, asumir la cuarentena, y vivir y ser testigos de la historia, vencedores de la vida.

   
Columna de Opinión.
“Sr Piñera; El Clamor de Chile”
Por
Carlos Ernesto Sánchez.
Sin duda la pandemia del corona virus, con fuerza recorre no solo las calles de Chile, sino del mundo. En nuestro país crece el número de infectados y también de víctimas fatales.
Como no escribo – poemas o columnas- para la galería, me atrevo con total libertad e independencia a expresar mi aplauso hacia el gobierno de Sebastián Piñera y su ministro de salud. No es popular felicitarlo y reconocer sin mirada ideológica ni cálculos partidistas, que su desempeño frente a la pandemia ha sido intenso, apropiado y en cierta forma efectivo.
No puedo decir lo mismo de lo sucedido ante el estallido social, donde no solo lo hizo mal, sino que dejo una secuela de victimas en la más total huerfania a victimas  e impunidad y protección hacia los hechores.
En esta crisis de salud, quienes no han estado a la altura de las circunstancias, somos los habitantes de esta larga y angosta faja de tierra, está loca geografía. Es indignante ver como la gente sale sin protección a  calles, hace vida social en recintos públicos, no sigue  directrices de la autoridad, y así el contagio sigue su mortal peregrinar dejando en ancianos y gente con problemas de salud, la huella de  muerte. Un modo de actuar irresponsable, falto de conciencia y empatía y respeto hacia otros. Para que vamos a adentrarnos en la voracidad con que cada uno compra acaparando, hasta lo que no necesita.
Esta radiografía nos muestra un país que avergüenza y que da cuenta que somos hijos de un neo liberalismo y una cultura individualista.
Mi crítica a Piñera, es que no ha tenido el coraje en la realidad que vivimos de tomar medidas más extremas. Hoy la delincuencia hace su fiesta de impunidad agravando más  la situación sanitaria.
Es urgente que las Fuerzas Armadas y carabineros, den  señal clara, fuerte, aun teniendo que usar  armas para imponer orden y  se hagan efectivas las medidas decretadas por la autoridad. No son medidas populares, la historia juzgara.
La única forma efectiva de detener a la delincuencia, no es sacándolo de  cárceles, ni aplicando perdonazos. La forma exitosa de detener la pandemia y su secuela de muerte, es con mano extremadamente dura, sin entregar tantos salvoconductos. Si no se entiende con palabras y realidades concretas que la represión sea el medio eficaz para lograrlo y derrotar al virus.
En este escenario,  avergüenza mi sector político – oposición a este gobierno-  queda  sensación que los actores políticos viven en otro mundo. Sus temas no son los que agitamos los ciudadanos temerosos de contraer el virus y muchas veces la muerte.
Hoy el tema principal es la vida, proteger la vida. Estar cerca de la gente que sufre pobreza y cesantía, hacinamiento, los que luchan por vivir con pensiones indignas y que no tiene sueldos millonarios como congresales y algunas autoridades.
Más adelante tendremos  tiempo para analizar y juzgar lo que se está haciendo, por ahora, en nombre de los pobres, marginados, cesantes, violentados hay que implementar medidas extremadamente duras.
Sr Piñera;
Jamás votaría por usted o su sector, pero hoy ante la terrible crisis que vivimos cuente usted y el Ministro de Salud con mi apoyo, que de seguro es el apoyo de miles de ciudadanos con mirada limpia, no ideologizada, ni envenenada de odio, queremos salir adelante y resucitar nuestra amada patria.  


sábado, 2 de mayo de 2020

Poema New York - De Carlos Ernesto Sanchez.




New york no canta ni susurra
 luces de neón  proclaman  la muerte
                               golpea  puertas
sin que Liza Minelli
                                   entone  canción de madrugada
Los cadáveres
          efigies de navidad que no llegara
suman cuerpos
en  orgía de  muerte que no susurra calentura
y el miedo
oración en labios marchitos
viejos, pobres, enfermos,
                                            destartalados desechos
en  noche neo yorkina.

La trompeta
                      del jazz marginal no despedaza
el virus
               ni se hace postal junto a la fogata de calle
en el distrito
                       que abre sus piernas a la muerte
llorosa por ella y por nosotros mismos.

No alcanzan mis fuerzas
                             para sentir el cielo de la ciudad
escuchar bocinazos
que los burdeles costados oscuros, abandonados
refriegue de cuerpos
algún quejido, reminiscencia de juventud
                         
Ahora antes que yo
New York
                  Muere
en la maldición del silencio, que no va
                  en su historia.


viernes, 1 de mayo de 2020

Columna de Opinión
“Hablo por Ellas y Ellos”
Por
Carlos Ernesto Sánchez.
Dentro de las muchas víctimas de este sistema capitalista y agravado por la pandemia que azota al mundo. Sin duda grito de la naturaleza, “de la casa común” como la ha denominado el pontífice romano, se encuentran los pobres que sobreviven marginalmente de su cuerpo, tanto hombres como mujeres, prostitutas, travestis, homosexuales,  marginales que hacen de las calles sus territorios de comercio sexual.
Los espacios públicos con sus vericuetos oscuros, bajo puentes, entradas de metro, tras un árbol o sobre el pasto al amparo de la oscuridad o en la esquina que capta clientes ejercen el viejo oficio de la prostitución.
Hoy no es novedad ver por las noches a muchos travesti extranjeros semi desnudo, con su provocadora estética marginal y el perfume de piezas hacinadas bañadas en vanix fuerte disfrazando la pobreza.
El toque de queda y el sacrosanto virus, que confina todos a su casa no permite el florecimiento de la actividad, ni que los poderosos autos se detengan para subirlos y conducirlos donde el sexo pagado y peligroso sea el grito de la noche solitaria.
Las mujeres muchas de ellas entradas en edad y con años de actividad en el cuerpo, han sido desplazadas por estas mujeres- hombres que pululan en las noches.
Hoy el panorama es difícil; no hay clientes o si lo hay pagan lo mínimo, que alcanza para la bebida y completo, y si se puede el cigarro espanta frió.
Bajo que rotulo debería darse un bono a estos seres, los descartados, personas que para la sociedad no existen. Solo circulan de noche, durante el dia duermen y esconden el rostro con las huellas  del eterno carrete marginal.
Los o las pocas que se arriesgan a salir a la calle, aun con prohibición, muchas veces deben pagar la osadía, con entrega de sus pocas monedas o dar sexo oral regalado a la patrulla que hace una raya en la noche osada de toque de queda.
Alguien podría argumentar que la realidad que arrastran es por su vicio o porque lo quieren; No ellos también son víctimas de la pobreza, marginalidad, como miles de pobres que refugiados en puertas de bancos y edificios viven la cruenta realidad de una sociedad que los ha dejado a la vera del camino.
Algunos salieron muy jóvenes a recorrer las calles para comer; Sin educación, oficio, sin respaldo de casa ni familia, lo concreto era la entrega de su cuerpo joven a cambio de dinero y con esas escuálidas monedas vivir la fiesta de la vida marginal.
De esta realidad al mundo de la droga y  delincuencia, hay menos de un paso, mas cuando la vejez asoma y los clientes buscan y quieren cuerpos frescos para el sacrificio.
Es urgente que haya oficinas municipales para la diversidad o marginalidad, sin parafernalia, donde se apoye en salud, vivienda, trabajo a quien quiera y comprenda que saliendo del mundo carnavalesco de la noche, tendrá una vejez y muerte digna.
Entre los pobres de los pobres, estos míseros, son los más pobres. La pandemia debe dejarnos una enseñanza,  dolorosa  por los muertos, debe ser esperanzadora en cuanto al nacimiento de  una nueva sociedad, más humana, fraterna, respetuosa del otro, capaz de mirar y ver al que está al lado.
Hoy es el momento de frenar a este Chile desbocado, donde inculcan que el tener es la base de la sociedad. Es el momento de mirar y oler nuestras heridas; Destaparlas, exhibirlas  y que el horror nos haga levantar la voz, repudiando la sociedad que estamos viviendo.

Hablo por ellas y ellos, como decía Lemebel, son mis primas, hermanas, amigas, compañeros, los sufrientes que en esta hora de dolor, viven más intensamente su pobreza.