No me beses
ni digas mi nombre
a ninguna hora, menos cuando el atardecer
se cuela por mi ventana
y los gatos indiferentes
lavan su pelaje
La Kena espera cliente
Yo susurro
lo que sea exprese eres mi hombre
trofeo
que dejará aliento y perfume
algo de semen y nada más.
Estoy desencantado
de los días y la rutina de amanecer
noches ebrias
atizando el fuego de una calentura
sin nombre
que quema
pide
recuerda
excita
pero no hay nadie más que yo y mi ancianidad
convocatoria clausurada
por no dejar fuera los años
y llevarlos conmigo.
No me beses
sentir tu labio venido
de otros recorridos
piel
estampada con sello de mujer, y tragos de fiesta
no
no quiero las piernas
sobre mí
tratando
de erectar
una carne dormida
trasnochada
Estoy dejando que el tiempo vaya bajando mis pupilas
que arrugado
los surcos
entonen la melodía pasada de moda
con los nombres
de los que ame
Déjame sobrevivir
abofeteado, herido, cansado
motivos para llorar
escuchando boleros quejumbrosos
Los Besos
los escribo en las corteza de los árboles
en el baño publico
mirada torva
para paquete y piernas
Niño no es mi tiempo de amor.
Carlos Ernesto Sánchez
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domingo, 14 de febrero de 2010
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