Palabras ante la Tumba de Jorge
Teillier.
Viernes 13 de Marzo
En el Marco de la Presentación de mi
Libro en La Ligua
Estuvo presente la Poeta Ingrid Córdova
y otras personalidades Comunales.
Jorge; No vengo con un vaso de vino,
para que nos sentemos a la orilla de esta tumba a recordar las calles de
Lautaro o Victoria, o para traer a la memoria a los amigos que dejamos en el
SUR; Tu en Lautaro o Victoria, yo en Nueva Imperial o Chol- Chol-
Nuestros pasos se marcaron en la
Araucanía, en Temuco o en Nueva Imperial, Carahue, Puerto Saavedra donde
aun me encuentro con Neruda o Selva
Saavedra en la vuelta de cada esquina cuando las hojas se han adueñado de
plazas y calles.
Son tuyas las postales del tren, con su
estruendo dividiendo los amaneceres, los gorriones en la torre de la iglesia, o
el molino de Lautaro donde vivía el amor que con sus ojos claros por un breve
periodo me conquisto.
Hoy comparto con la urgencia, de quien
siente que la vida se va, esta copa, que
tiene nostalgia, recuerdos, poemas y ahora mi grito ahogado ante el dolor que
crucifica la patria.
Las copas Jorge que bebimos años
antes, en murmullos, a media voz,
comentando sobre el destino de nuestros
hermanos en la ruta por un Chile más
justo y humano que eran perseguidos, y arrancados a la tierra, para no
volverlos a ver más. Hoy la historia
parece repetirse; en la huella del traidor González Videla, el actuar
presidente permite que nuestros jóvenes sean mutilados y asesinados.
Cuando levanto mi puño en cada espacio
que puedo, y el poema denuncia lo
proclamo en el grito furioso del amante a quien persiguen por sostener sueños
que beneficien a las grandes mayorías
que ya no son silenciosas, entonces esta copa tiene sentido y razón.
Más de alguna vez, en el Unión chica,
sin decirnos palabras te observe desde mis ojos admirados ante el maestro que
venía con la carga de poemas del sur.
Desde entonces varios Teillier han
cruzado por mi camino. Supongo todos ellos llevaran tu sangre; Mauricio
Teillier en Temuco y sus afanes políticos sociales, Guillermo Teillier en la
lucha diaria con la hoz y el martillo, caminando al lado de mi amada Gladys
Marín, pablo Teillier, hermoso joven y talentoso actor, que desde las tablas
de Temuco voló a otras latitudes con el teatro y el
compromiso.
Conmigo vienen Guido Eytel, Ninoska
Pacheco, Magdalena Contreras, Juvencio
Valle, desde la entraña misma de Nueva Imperial, los mapuches despojados y
asesinados. Traigo un trozo del rio Chol- chol hoy agotado y saqueado por los
poderosos.
Traigo la voces de miles de mujeres, que
no quieren más ser segregadas y violentadas. El llanto furioso al ver a sus
hijos asesinados por Carabineros. Hablo por los mutilados. Para que la Poesía
tenga sentido y Razón – al decir de Neruda-
denuncio que mi patria es saqueada por unos pocos y para mantener sus
privilegios reprimen ferozmente.
Antes de levantar esta copa – Compañero
Teillier- te digo que no olvido a mis compañeros detenidos desaparecidos y
asesinados en dictadura. Que mi palabra
tiene sentido, al ser el arma filuda que asesina el olvido. Hoy Jorge no
sé si podrías cantar el paisaje, la tierra, porque hoy unos pocos se han adueñado
del agua y en muchos lugares la postal es sequedad absoluta.
No brindo porque no hay nada que
brindar. En esta copa lloro tu ausencia de poeta necesario y lloro por mi
pueblo martirizado.
Bebo para que el líquido violente mi
corazón y mi palabra nada detenga su grito denuncia que en la boca de mi pueblo
es poesía.
Me despido de mi mano
que pudo mostrar el rayo
o la quietud de las piedras
bajo las nieves de antaño.
Para que vuelvan a ser bosques y arenas
me despido del papel blanco y de la tinta
azul
de donde surgían ríos perezosos,
cerdos en las calles, molinos vacíos.
Me despido de los amigos
en quienes más he confiado:
los conejos y las polillas,
las nubes harapientas del verano,
mi sombra que solía hablarme en voz baja.
Me despido de las virtudes y de las gracias
del planeta:
los fracasados, las cajas de música,
los murciélagos que al atardecer se deshojan
de los bosques de casas de madera.
Me despido de los amigos silenciosos
a los que sólo les importa saber
dónde se puede beber algo de vino
y para los cuales todos los días
no son sino un pretexto
para entonar canciones pasadas de moda.
Me despido de una muchacha
que sin preguntarme si la amaba o no la amaba
caminó conmigo y se acostó conmigo
cualquiera tarde de esas en que las calles se
llenan
de humaredas de hojas quemándose en las
acequias.
Me despido de una muchacha
cuyo rostro suelo ver en sueños
iluminado por la triste mirada
de trenes que parten bajo la lluvia.
Me despido de la memoria
y me despido de la nostalgia
—la sal y el agua
de mis días sin objeto—
y me despido de estos poemas:
palabras, palabras —un poco de aire
movido por los labios— palabras
para ocultar quizás lo único verdadero:
que respiramos y dejamos de respirar.
Salud, Jorge por todos los que salieron
a las calles, y enarbolaron el mejor poema del pueblo; Su proclama irreverente,
contestaría, que no calla ante el poder o el dinero y que lucha para abrir las anchas Alamedas.
En esta tarde no estamos recordando a un
muerto; porque la poesía goza de muy buena salud. Permíteme que este brindis
sea por;
Los Jubilados que luchan en contra de
sus pensiones de hambre
Por los que buscan y exigen salud de
calidad
Por los jóvenes que no se domestican y
dan la pelea por una educación gratis y de calidad
Por las mujeres y sus derechos
Por los pueblos originarios; Nuestros pueblos
que aun hoy empobrecidos vemos transitar en carretas por las venas de la patria
herida.
Por los trabajadores explotados,
amenazados.
También bebo mi copa, porque aun nos
cueste lagrimas, sudor y sangre tendremos nueva constitución, desde, con y para
el pueblo.
Las campanas de las torres de las
iglesias, nuevamente asustaran a las palomas, será el anuncio de una nueva
primavera en el Chile que merecemos.
Salud Jorge
Yo un marginal, anciano, enfermo y
pobre, te saluda.
“Arriba los Pobres del Mundo de pie los
Esclavos sin Pan……”
No hay comentarios:
Publicar un comentario